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La Mañanera, el reality del nacional populismo que destruyó la democracia

  • ¿Quiénes están peor: los manipulados y enajenados por la mañanera o quienes ven la casa de los famosos?
  • ¿Cuál de esos dos reality shows le han hecho más daño a México?
  • ¿Cómo destruyó la democracia el reality de la mañanera?

No tengo nada en contra de quienes deciden libremente utilizar su tiempo en ver eso que se llama “La Casa de los Famosos”, y después dedican su energía y sus redes sociales para criticar a unos y respaldar a otros.

Me declaro un absoluto ignorante del juego, porque nunca he visto el programa, y por eso no tengo idea de qué respaldan, qué se vota y cómo o por qué gana alguno de los participantes.

No voy a caer en ese juego de generalizar como ignorantes o enajenados a todos los que ven este programa y le dedican tiempo y algún tipo de esfuerzo, de verdad creo en su libertad de hacer lo que quieran con su vida y respeto su decisión.

Yo no me pierdo un solo partido de mis equipos favoritos de soccer y americano, y pueden verme gritándole a la tele muy seguido, y así, no creo ser mejor o peor de quienes prefieren un reality show.

Dicho esto, me parece muy interesante ver los números de este programa, en el contexto político que estamos viviendo, para entendernos como país.

Según un comunicado de televisa los videos de este programa, en esta temporada, han tenido 6.5 billones de reproducciones en sus plataformas, y en la última expulsión se registraron 35 millones de votos.

Aclaro de nuevo, no soy nadie para criticar a estas personas ni para ponerles ningún tipo de adjetivos, pero vale la pena reflexionar sobre los números.

Primero, se trata del mismo número que llevó a Claudia a la presidencia. Asimilen eso, un reality show generó el mismo número de votos en un día que el Estado mexicano completo, gastando miles de millones de pesos, violando todas las leyes, para impulsar a su candidata.

Son casi el mismo número de mexicanos que decidieron no ir a las urnas el 2 de junio.

Si dividiéramos el número de reproducciones que llevan hasta hoy los videos del programa entre los 130 millones de mexicanos nos tocan de a 50 reproducciones por mexicano.

En un video que circuló en redes sociales el sábado se puede ver la macro plaza de Monterrey repleta de personas en apoyo a Mario Bezares.

Insisto, este episodio no es para declarar la superioridad moral de quienes no vemos la casa de los famosos y nos la pasamos hablando de política, ni para hacer una crítica de cómo utilizan su tiempo y atención la mayoría de los mexicanos.

Lo que pretendo con este episodio es llamar la atención del enorme fracaso que hemos sufrido quienes tenemos años tratando de contar la historia de éxito de la democracia.

Estuve 3 años dando clases en prepa en el INHUMYC sobre política contemporánea, justo en la transición entre 1999 y el 2001, y después 17 años dando clases de derecho constitucional y administrativo en el ITAM, siempre tratando de explicar la importancia de la democracia y sus instituciones.

A lo largo de esos más de 20 años he sido asesor de Naciones Unidas y maestro en la IACA en Viena, especializado en uno de los peores cánceres de la democracia que es la corrupción

He escrito varios libros sobre democracia liberal, corrupción e instituciones del estado.

Creo pertenecer a un grupo de mexicanas y mexicanos que desde los años 90 hemos tratado de contar la historia de éxito y necesidad de la democracia.

Académicos, analistas, comunicadores, periodistas, activistas y todo tipo de valientes mujeres y hombres mexicanos que, convencidos de que la democracia liberal es la mejor forma de gobierno, tratamos de convencer a México de construirla y defenderla

Fracasamos estrepitosamente.

Ni sumados todos nuestros esfuerzos de varias décadas podríamos juntar la audiencia que ha tenido la casa de los famosos en unas cuantas semanas.

Pero el enemigo de la democracia no es ni fue la casa de los famosos.

Es otro reality diario, multimillonario, enajenante, tramposo, manipulador y ventajoso que ha opacado a quienes queremos contar la historia de necesidad de la democracia.

Ese reality ha sido conducido durante años por un megalómano, mitómano y narcisista que tiene a millones enajenados con sus mentiras.

Ese reality ha costado miles de millones de pesos de nuestros impuestos y tiene a miles de cómplices voluntarios e involuntarios que lo retransmiten en todas las casa de México.

A diferencia de la casa de los famosos, que en el peor de los casos destruye la carrera de un famoso, o hace famoso a una persona irrelevante, el reality que destruyó nuestra democracia se ha dedicado a destruir la vida y la libertad de periodistas, ministros, jueces, empresarios, críticos, líderes sociales, comunicadores, columnistas y líderes de oposición.

En ese reality multimillonario pagado con tus impuestos se ha procurado dividir a los mexicanos y convertirlos en enemigos.

En ese reality antidemocrático se han dicho todas las mentiras posibles: desde tratar de esconder las muertes por el COVID, pasando por las mentiras sobre el desabasto inhumano de medicinas, la realidad de la violencia, los homicidios y los desaparecidos en México, los cientos de casos de corrupción impune, las obras multimillonarias fracasadas, y un largo etcétera.

En ese reality se ha tratado de negar el crecimiento innegable y evidente del narco, que ya opera en más del 80% del territorio, que ha ampliado sus operaciones e influencia en todo tipo de negocios, y que opera impunemente al amparo del nacional populismo, y a la vista de todo México.

Y, lo peor, en ese reality multimillonario, que llega a millones de pantallas de celulares, ipads, computadoras y televisiones, se ha generado la campaña más grande, burda y contundente contra la democracia y sus instituciones.

El conductor de este reality le ha dicho a millones de mexicanos que todos los jueces son corruptos, que el poder judicial es corrupto, que los órganos autónomos son corruptos, que el INE es corrupto si no le regala todo lo que pide, que los medios y comunicadores críticos son corruptos, que los empresarios críticos son corruptos, que las organizaciones de la sociedad civil son corruptas.

Nunca presentó una sola prueba de ninguna de sus acusaciones, no hay expedientes o investigaciones sobre sus dichos ni en la SFP, ni en la ASF, ni en la UIF ni en la FGR.

No le hacían falta, porque tenía cautivados a millones de mexicanos, a través de medios cómplices, comunicadores cómplices, columnistas cómplices, plataformas cómplices y todo el aparato del Estado, que le ayudaban a difundir mentiras, a generar ataques y a amedrentar a cualquier persona que fuera incómoda.

El conductor de este reality se encargó de explotar esta plataforma multimillonaria para convencer a millones de mexicanos de que la democracia no es necesaria para el pueblo y hasta es enemiga del pueblo, lo hizo explotando sus fallas evidentes, que toda democracia tiene, y convirtiéndolas en memes que su secta explotaba en redes y medios paleros.

Como buen reality, un caso de corrupción de un juez era utilizado para decir que todos los jueces son corruptos.

Un caso de corrupción de la oposición se explotaba hasta la náusea para decir que toda la oposición es corrupta.

Un acusación de corrupción sobre un empresario era utilizada para decir que todos los empresarios que no se pliegan al régimen son corruptos.

Una acusación sobre un reportero o comunicador era utilizada para decir que todos los reporteros o comunicadores críticos son corruptos y tienen intereses.

Y así, durante 6 años, todos los días, con miles de millones de pesos de tus impuestos, con miles de cómplices, fue creando la narrativa que nos llevó al 2 de junio, día en el que millones de mexicanos decidieron darle su voto a quienes prometieron destruir la democracia.

Así, no teníamos ninguna posibilidad real quienes desde nuestros pequeños espacios independientes, desde el aula, desde los libros, desde las revistas independientes, desde las organizaciones de la sociedad civil pretendíamos contar la historia de éxito de la democracia

Hoy, esos mismos cómplices pretenden convencer a esos millones de que el pueblo sabio les dio el permiso democrático para para destruir a las instituciones.

“Te chingas pinche prianista, eso queríamos los que votamos por Claudia” me dicen fúricos en las redes quienes deberían estar celebrando su triunfo.

¿De verdad votaron por destruir la democracia?

¿Entenderá un porcentaje alto de quienes votaron por Morena el permiso que el obradorato pretende interpretar de esos votos? ¿Qué es peor, enajenarse con un inocuo show que expone la vida de un puñado de famosos, o dejarse engañar, manipular, desinformar y convencer por un reality multimillonario, pagado con tus impuestos, que te quiere convertir en un instrumento de destrucción de tu propio país?

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